Principio 9: Roles Claros

Otro principio vital del aprendizaje de adultos es el reconocimiento del impacto de los roles claros en la comunicación entre el alumno y el profesor. Como lo expresó Paulo Freire en una conversación con nosotros una tarde: «Solo el alumno puede identificar el momento de la muerte del profesor». Es decir, un profesor puede estar interesado en dialogar con un alumno adulto, pero si este lo ve como «el profesor» con quien no hay posibilidad de desacuerdo, cuestionamiento ni desafío, el diálogo está estancado. Los alumnos adultos necesitan reforzar la equidad humana entre profesor y alumno, y entre los alumnos. A los adultos les lleva tiempo verse a sí mismos y al profesor en un nuevo rol.

El rol es una cuestión cultural delicada. En algunas situaciones alrededor del mundo —como mujer en un país musulmán como Sudán, por ejemplo— era vital ser la "Dra. Vella" todo el tiempo. En otras, el trato con el nombre nos impulsaba al diálogo. ¿Qué implica un nombre? Deseamos motivar a los adultos a aprender juntos mediante el diálogo. Cualquier obstáculo a ese diálogo debe abordarse y erradicarse con valentía. Cualquier elemento que lo facilite debe fomentarse y utilizarse con valentía. La accesibilidad es un problema. Si el rol percibido del docente no se presta al diálogo, los alumnos no lo buscarán. Si el docente se compromete con un rol que promueve el diálogo, se asegurará de que haya tiempo para el diálogo tanto dentro como fuera del aula. El tiempo que se pasa con los alumnos en una fiesta o en una cena, en un rol diferente, marca una gran diferencia en su libertad para plantear preguntas inquietantes, discrepar con un punto o aventurar una opinión novedosa desde su contexto particular. Danah Zohar tiene una frase encantadora para describir cómo se manifiesta esa libertad en un diálogo de aprendizaje: "¡Se oye un coro de conversaciones!" (Zohar, 1997, p. 143). Yo añadiría: un coro de conversaciones en el que los alumnos recrean el contenido que les estás enseñando para que se ajuste a su contexto.

La clarificación de roles y el avance hacia el diálogo nunca son un asunto superficial: son un asunto del corazón y la esencia misma del asunto. Un estudiante de posgrado sugirió recientemente que otro nombre para este principio es humildad.

(Redactado de Vella, Aprendiendo a Escuchar, Aprendiendo a Enseñar, pp. 20-22)