Principio 12: Responsabilidad

La responsabilidad es uno de los principios fundamentales del aprendizaje de adultos. Anteriormente en este capítulo, la hablé en términos de secuencia y refuerzo. ¿Quién rinde cuentas a quién? En primer lugar, el diseño de los eventos de aprendizaje debe rendir cuentas a los estudiantes. Lo que se propuso enseñar debe enseñarse; lo que se pretendía aprender debe aprenderse; las habilidades que se pretende adquirir deben ser visibles en todos los estudiantes; las actitudes enseñadas deben ser visibles; el conocimiento transmitido debe manifestarse en el lenguaje y el razonamiento de los estudiantes adultos. En segundo lugar, los estudiantes en equipo son responsables ante sus colegas y ante el profesor. Son responsables ante sí mismos de recrear el contenido, para que sea realmente útil de inmediato en su contexto. La responsabilidad es un principio de síntesis: es el resultado de utilizar todos los demás principios.

Las relaciones jerárquicas tradicionales no se prestan al diálogo. Recuerdan el sistema jerárquico del Estado y la Iglesia medievales que heredamos y moldeamos en sistemas de la industria, la escuela, la universidad y el gobierno. Esta jerarquía fue corroborada por una cosmovisión del universo y todo lo que lo compone como una vasta máquina.

Thomas Kuhn nos ofrece una hipótesis útil: el cambio de patrón, al que denomina cambio de paradigma, solo ocurrirá cuando el patrón actual haya demostrado ser ineficaz e incompatible (Kuhn, 1970, p. 18). Parte de mi labor en este libro consiste en contrastar patrones y demostrar la ineficacia del patrón jerárquico y mecanicista al intentar enseñar a adultos. Si somos insensibles a las perspectivas culturales y los sistemas de valores de quienes enseñamos, no lograremos diseñar ni entablar un diálogo con ellos. El diálogo no sirve a quienes ven a los seres humanos como máquinas en un universo mecanicista. (Redactado de Vella, Aprendiendo a escuchar, Aprendiendo a enseñar, pp. 25-27)