Las relaciones sólidas para el aprendizaje implican respeto, seguridad, comunicación abierta, escucha y humildad. Zohar ofrece una nueva lectura del diálogo, dia + logos, como dia “a través” y logos “relación”: “a través de la relación”. Ella enseña que ese diálogo es una herramienta central en el pensamiento cuántico.
El encuentro inicial entre profesor y alumno tiene que demostrar el sentido de indagación y curiosidad que siente el profesor. Al realizar una evaluación de necesidades y recursos de aprendizaje, mediante el uso de correo electrónico, grupos focales o encuestas telefónicas o siendo un observador participante en su trabajo, nosotros, como docentes, podemos descubrir necesidades de aprendizaje específicas, personales o grupales. Entonces, un diálogo sobre las expectativas de los alumnos es una forma de confirmar nuestra percepción de sus necesidades o modificarla. Una vez más, los alumnos se encuentran inmediatamente en la posición de quienes toman decisiones, deciden lo que quieren decirnos y se sienten lo suficientemente seguros como para compartir sus verdaderos sentimientos.
Un gerente de una organización sin fines de lucro en Boston, que estaba a punto de asistir a un seminario en la Universidad de Tufts, respondió a una llamada telefónica que lo invitaba a nombrar sus necesidades de aprendizaje únicas para un próximo seminario de administración diciendo: “Me siento honrado por esta llamada. ¡Es la primera vez que alguien me pregunta qué quería o necesitaba aprender! Imagínese la relación que se estableció entre él y el profesor a través de esa simple llamada telefónica.
La relación de poder que a menudo existe entre el alumno y el “profesor” puede ser una función de un sistema mecanicista donde el poder se utiliza con frecuencia para dominar. Nuestros esfuerzos a través de la educación del diálogo para construir un mundo de equidad y responsabilidad mutua no pueden diseñarse sin prestar atención al poder de las relaciones sólidas. Si muestro cuán accesible soy para los estudiantes a través de un diálogo temprano en la evaluación de recursos y necesidades de aprendizaje, y respondo a sus preguntas con respeto y afirmación en un ambiente seguro, ese mundo de equidad ya existe. “Hacemos el camino caminando” (Freire y Horton, 1990).
Para ser sólida, esta relación debe trascender los gustos y disgustos personales y las diferencias obvias de riqueza y poder. En tales casos, un maestro sabe que debe ser aún más cuidadoso al mostrar respeto, afirmar y escuchar atentamente. Cuando el maestro no muestra respeto o no afirma a un alumno en un grupo o permite el fatal "plop", todo el grupo comienza a dudar de la relación de aprendizaje y a menudo manifiesta enojo, miedo y decepción. Nada puede disminuir la importancia que tiene para el aprendizaje la relación entre profesor y alumno. (de páginas 10-12 Aprender Eschuchar, Aprender Enseñar de Jane Vella)
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